El Vendaje Neuromuscular es un método desarrollado por el quiropráctico japonés Kenzo Case, sobre la idea de colocar una “segunda mano” sobre la piel del paciente que trabajase aun una vez terminada la sesión.
La idea que surgió en los inicios de los años setenta se fue desarrollando hasta su gran expansión en los juegos olímpicos de Seul 88 donde se pudo ver a numerosos deportistas japoneses con vendajes neuromusculares aplicados.
El Vendaje Neuromuscular nace de la quiropraxia y de la kinesiología, con la intención de conseguir un método natural para la recuperación de los tejidos, músculos, ligamentos y tendones dañados. El Dr. Kase observó que las técnicas de vendaje habitual disminuían el rango de movilidad y esto podía inhibir el proceso de curación de los tejidos lesionados.
El Dr. Kase experimentó tanto con métodos orientales como occidentales para el tratamiento de los pacientes.
En respuesta a las limitaciones que encontró trabajando con las vendas y vendajes deportivos rígidos de sus propios pacientes, desarrolló el vendaje neuromuscular que tiene una textura y elasticidad muy cercana a la piel humana.
Basándose en el concepto de la importancia de mantener el movimiento adecuado en cada articulación, desarrolló un vendaje elástico que podía ayudar en la función muscular, sin limitar los movimientos corporales, manteniendo la adecuada circulación arterial, venosa, linfática y el adecuado input aferente mecanoreceptivo y propioceptivo de la estructura lesionada, con lo cual se activa y favorece el proceso de recuperación.
Para conseguirlo experimentó con diferentes técnicas naturales y tipos de vendajes, centrándose en las zonas donde el paciente tenía el foco del dolor. En 1973 junto al Dr. Murrai desarrollaron las cintas que se utilizan actualmente, pero fue en 1979 cuando crearon el método Kinesiotaping.